Días después de que el ciclón Helene devastara el sureste del país, equipos de búsqueda y perros especializados en localizar cadáveres se internaron este martes en las montañas del oeste de Carolina del Norte, con la esperanza de encontrar más víctimas.
La destrucción fue particularmente severa en las montañas Blue Ridge, donde al menos 57 personas perdieron la vida en Asheville y sus alrededores, una zona turística popular por sus galerías de arte, cervecerías y actividades al aire libre.
Hasta ahora, el número de fallecidos se estima en al menos 160, aunque se espera que esa cifra aumente a medida que los equipos de rescate logren acceder a áreas que aún están incomunicadas.