El mandatario colombiano enfatiza que la medida busca enfrentar la crisis en el Catatumbo y Arauca, desestimando acusaciones de la oposición sobre otros fines.
El país continúa a la espera de la oficialización del decreto de conmoción interior anunciado por el presidente Gustavo Petro el pasado lunes 20 de enero, en respuesta a la escalada de violencia en la región del Catatumbo, que ha dejado más de 80 personas fallecidas y ha forzado el desplazamiento de más de 10.000 habitantes.
A través de su cuenta en X, el presidente Petro defendió la implementación de esta figura constitucional, aclarando que su propósito es salvaguardar la soberanía nacional ante las amenazas presentes en el Catatumbo y Arauca. El mandatario rechazó las afirmaciones de sectores de la oposición que sugieren que la medida busca otros objetivos, como la reelección presidencial o la implementación de impuestos previamente no aprobados por el Congreso.
"El decreto de conmoción interior no es solo para financiar unas actividades en el Catatumbo sino para defender la soberanía nacional, amenazada desde el Catatumbo y Arauca", expresó Petro. Además, señaló que las acciones del Ejército de Liberación Nacional (ELN) trascienden el conflicto armado interno, constituyendo una estrategia que pone en riesgo la integridad del país.
El presidente subrayó que el poder actual del ELN no se ha consolidado únicamente por factores internos, y que es imperativo debilitar a este grupo armado mientras se empodera a la población local para mantener la soberanía nacional.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, confirmó que el decreto de conmoción interior se aplicará exclusivamente en los municipios afectados del Catatumbo, descartando la declaración de una emergencia económica a nivel nacional. Cristo enfatizó que las medidas buscan restablecer la normalidad en la región y enfrentar las acciones del ELN que atentan contra la soberanía nacional.
La comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos han manifestado su preocupación por la situación en el Catatumbo, instando al cese inmediato de las hostilidades y al respeto por la vida y los derechos de la población civil afectada por el conflicto.