Colombia lidera producción mundial de cocaína y su situación impulsa el aumento global, alerta informe de la ONU

Las incautaciones de cocaína en Colombia y a nivel global continúan alcanzando cifras históricas. Durante 2024, las autoridades colombianas lograron decomisar 883 toneladas de esta droga, y en lo que va del año 2025 ya se registran 403 toneladas, lo que representa un incremento del 8 % en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, el mercado mundial de la cocaína sigue expandiéndose, impulsado por el crecimiento de los cultivos ilícitos y la alta productividad potencial del alcaloide en Colombia y la región.

Estas son algunas de las principales conclusiones del Informe Mundial de Drogas 2025, presentado ayer en Viena y elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). El informe confirma que 2023 fue un año récord para el mercado global de cocaína, coincidiendo con las proyecciones del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci).

“Esto es principalmente un reflejo de un aumento en el tamaño del área bajo cultivo ilícito de arbusto de coca en Colombia”, señala el informe, que además indica que aunque las siembras aumentaron cerca del 12 %, la producción potencial de cocaína en el país creció un 50 %. En total, se calcula que la producción mundial alcanzó 3.708 toneladas, de las cuales más de 2.600 toneladas corresponden al potencial producido en las ‘cocinas de los narcos en el país’.

La ONU advierte que esta situación representa un desafío para el gobierno del presidente Gustavo Petro, cuya política antinarcóticos ha disminuido el énfasis en la erradicación forzada de cultivos ilícitos. Durante 2024, apenas se erradicaron cerca de 10.000 hectáreas, el registro más bajo en la historia reciente, frente a las más de 253.000 hectáreas detectadas en 2023 por el informe Simci. En lo corrido de 2025, la destrucción de cultivos apenas llega a 1.800 hectáreas, cuando la meta anual es 30.000, cifra establecida para evitar una posible descertificación por parte de Estados Unidos.

Colombia sigue dominando el mercado ilícito mundial con una participación del 67 % del total de cultivos (aproximadamente 376.000 hectáreas). Además, Naciones Unidas reporta que los traficantes están ampliando sus operaciones hacia nuevos mercados en Asia y África.

Aunque la marihuana sigue siendo la droga más consumida a nivel global con 244 millones de usuarios, la cocaína registra el mayor crecimiento en demanda. Según la última medición, alrededor de 25 millones de personas consumen esta sustancia, lo que equivale al 0,44 % de la población mundial entre 15 y 64 años.

“Las Américas y Europa Occidental y Central siguen siendo los dos principales mercados de consumo de cocaína. La demanda ha aumentado en África y Asia en los últimos veinte años, pero sigue siendo desigual en el plano regional”, indica el informe.

El consumo problemático de cocaína también va en aumento. Desde 2015, su uso se ha incrementado especialmente en Europa Occidental y Central, mientras el tráfico hacia mercados emergentes en Asia y África se intensifica. Regiones como el oeste, centro y norte de África se han convertido en puntos claves de tránsito hacia Europa, y el sur de Asia emerge cada vez más como destino final.

En cuanto a la economía ilícita vinculada al narcotráfico, se estima que solo en Colombia el dinero movido por esta actividad pasó de 1.200 a 2.600 millones de dólares entre 2015 y 2019. Sin embargo, esta cifra es superada ampliamente por México, cuyo mercado criminal combinado (cocaína, metanfetaminas y heroína) alcanzó los 12.100 millones de dólares en el mismo período.

La ONU destaca la estrecha relación entre crimen organizado, narcotráfico y violencia, que afecta principalmente a las Américas. En Ecuador, por ejemplo, la tasa de homicidios escaló de 7,8 a 45,7 por cada 100.000 habitantes entre 2020 y 2023. Además, el incremento de incautaciones va acompañado de episodios de enfrentamientos y ajustes de cuentas entre bandas criminales por el control del tráfico.

“Este aumento en las incautaciones también podría haber influido en los niveles de violencia entre grupos que operan en África Occidental y Central, como resultado de los cambios en las rutas del tráfico de cocaína. En menor medida, estos efectos también se han hecho visibles entre organizaciones criminales en Europa Occidental y Central, donde en algunos países (...) han estallado episodios de violencia vinculados a este mercado”, señala el informe.

Finalmente, la ONU alerta sobre los impactos ambientales del cultivo y producción de drogas ilícitas, incluyendo deforestación y contaminación de suelos, fuentes hídricas y del aire, que afectan el equilibrio ecológico global.