A pesar de que Colombia se destaca como uno de los países con un costo de vida relativamente bajo a nivel global, los ingresos promedio de los ciudadanos no alcanzan para cubrir los gastos esenciales, particularmente en las ciudades más costosas. De acuerdo con Living Cost, una persona necesita alrededor de 735 dólares mensuales (3,1 millones de pesos colombianos) para cubrir sus necesidades básicas, mientras que en ciudades como Medellín y Envigado esta cifra supera los 870 dólares.
El problema radica en que el salario mínimo colombiano, que equivale a 1,160,000 pesos mensuales (unos 275 dólares), apenas representa una fracción de ese monto. Esta situación agrava la presión financiera para las familias, que deben enfrentar precios elevados no solo en alimentos y transporte, sino también en arriendos. Por ejemplo, un apartamento de una habitación en el centro de Medellín puede costar entre 900,000 y 1,500,000 pesos al mes, lo que absorbe gran parte del ingreso promedio.
El impacto es evidente no solo en los presupuestos familiares, sino también en el acceso a servicios como educación privada y salud, incrementando la desigualdad económica. Esto subraya la necesidad urgente de reformas salariales y estrategias para contener los precios en las principales ciudades del país.