El presidente Gustavo Petro intervino en una trascendental y multitudinaria movilización popular llamada “Un pacto por la Paz Urbana de Medellín", que se llevó a cabo en la capital antioqueña y donde presentó los avances de un proceso de dos años, enfocado en la transformación social de la ciudad y del Valle de Aburrá.
Planteó a la Fiscal General de la Nación una visita conjunta a la cárcel de Itagüí para examinar, bajo las normas legales existentes, “las posibilidades de beneficios jurídicos a cambio de la dejación completa y definitiva de las armas, del asesinato, de la sujeción de juventudes, hombres y mujeres de los barrios y de la extorsión y la ayuda al traqueteo".
Durante la movilización de la plazoleta La Alpujarra, el presidente agregó: “Les pido a estos antiguos dueños de la violencia en Medellín que cesen toda violencia. Ojo, no se trata de acuerdos parciales. Sabemos que cumplieron cuando dijeron acabar fronteras entre bandas. Sabemos que cumplieron cuando dijeron que no más matar. Tregua. Sabemos que en algunos barrios dijeron, por un tiempo transitorio, cesar la extorsión". Con esto, el jefe de Estado quiere dar un paso definitivo hacia el cese total de la violencia en la comuna popular.
Indicó que el Gobierno ya ha visitado la cárcel de Itagüí para escuchar a los antiguos jefes de las bandas y sostuvo que ellos tienen intenciones sobre las cuales “veremos si son adaptables a una política de paz".
Gracias a esfuerzos de paz urbana han bajado considerablemente los homicidios en la ciudad. “Todavía es insuficiente, hay muerte, pero bajar de 400 a 10 por cada 100 mil habitantes es un orgullo antioqueño que hay que levantar como una bandera"
La promoción del arte y la educación física es fundamental dentro de esta política pública, por esto, solicitó a los ministerios de Educación y Culturas iniciar en Medellín una auditoría que permita saber si se están invirtiendo los recursos que el Gobierno gira para este propósito.
Concluyó que “el acuerdo de paz urbana, que no es con guerrillas, es con delincuencia, y brava, que asoló a Medellín, indudablemente debe ser serio para que estos procesos –que también están en Quibdó, en Buenaventura, y que espero abrirlo en Barranquilla–, permita que sin muertes se acabe la esclavitud del pueblo a la violencia".