Laura Sarabia responde a secretario de Estado de EE. UU. y pide mesura tras señalamientos sobre violencia en Colombia

El atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el sábado 7 de junio en Bogotá, ha generado no solo una fuerte condena internacional, sino también una inesperada tensión diplomática entre Colombia y Estados Unidos.

Las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en las que vinculó el ataque a una “violenta retórica izquierdista” del Gobierno colombiano, provocaron una reacción enérgica por parte de la canciller colombiana, Laura Sarabia, y la Embajada de Colombia en Washington.

En un mensaje publicado en X, Marco Rubio condenó “con la mayor firmeza el intento de asesinato del senador Miguel Uribe”. Sin embargo, más allá de la condena, señaló que el atentado “constituye una amenaza directa a la democracia y es resultado de la violenta retórica izquierdista proveniente de las más altas esferas del gobierno colombiano”.

Rubio, quien afirmó haber “presenciado de primera mano el progreso de Colombia en las últimas décadas para consolidar la seguridad y la democracia”, advirtió que el país “no puede permitirse volver a tiempos oscuros de violencia política”. Además, hizo un llamado directo al presidente Gustavo Petro para que “debe moderar su discurso incendiario y proteger a los funcionarios colombianos”.

El secretario de Estado finalizó su pronunciamiento expresando solidaridad con la familia y allegados de Miguel Uribe, y exigió que los responsables sean llevados ante la justicia.

La contundente declaración de Rubio motivó una rápida respuesta por parte del Gobierno colombiano. La canciller Laura Sarabia utilizó su cuenta de X para rechazar “categóricamente” los comentarios del funcionario estadounidense. En su mensaje, destacó que “hoy, más que nunca, Colombia necesita el respaldo y el apoyo democrático de la comunidad internacional”. Asimismo, criticó que “estas declaraciones solo avivan la tensión y profundizan el dolor de nuestro pueblo” y llamó a la “responsabilidad, mesura y compromiso con la defensa de nuestra democracia” en este “momento crítico”.

La reacción institucional colombiana también incluyó una carta formal enviada por la Embajada de Colombia en Washington, firmada por el embajador Daniel García-Peña Jaramillo, dirigida al secretario de Estado Marco Rubio. En ella se detallan las acciones tomadas por el Gobierno tras el atentado. La canciller Sarabia compartió inicialmente esta carta en su publicación, pero la eliminó minutos después.

Fechada el 11 de junio de 2025, la misiva informa sobre la captura de un sospechoso de 15 años, herido y en posesión de una pistola Glock 9mm, cerca del lugar del ataque. Un dato relevante resaltado en la carta es que el arma fue adquirida en Arizona, Estados Unidos, en 2020, subrayando la necesidad de cooperación internacional.

La carta también destaca la respuesta inmediata del presidente Gustavo Petro, quien condenó el ataque como un “vil asalto a la democracia colombiana” y ordenó el despliegue de las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y las unidades de inteligencia.

Se informó además sobre la convocatoria a un Consejo de Seguridad liderado por el presidente y el ministro de Defensa Nacional, Pedro Sánchez, y el anuncio de una recompensa de 3.000 millones de pesos por información que ayude a capturar a los responsables.

El embajador García-Peña citó al director de la Policía Nacional, general Carlos Fernando Triana, quien confirmó que el atentado “no fue un incidente aislado, sino parte de una conspiración criminal más amplia”. Asimismo, se mencionó que la fiscal General de la Nación, Luz Adriana Camargo Garzón, reveló que el atacante fue reclutado por una organización criminal dedicada a cometer asesinatos, por lo que la investigación continúa para identificar a los autores intelectuales y desmantelar la red que está detrás del ataque.