El Ministerio de Educación Nacional rinde un homenaje a los cerca de 6.000 Docentes Orientadores que, con compromiso y vocación, acompañan a nuestros niños, niñas y jóvenes en la construcción de sus proyectos de vida.
"Ustedes son parte de la revolución y movilización del cambio en los territorios del país. Con su labor, hacen posible el sueño de que Colombia sea una potencia mundial de la vida. Son el apoyo en los momentos difíciles y la voz de aliento para seguir adelante. Con su trabajo en zonas urbanas, rurales y dispersas, fortalecen la salud emocional y el bienestar de la comunidad educativa", expresó el ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín.
Los docentes orientadores son los responsables de definir o liderar proyectos pedagógicos que aporten a la resolución de conflictos, garantizar el respeto de los derechos humanos, contribuir al libre desarrollo de la personalidad de los estudiantes, brindar apoyo a niños, niñas y jóvenes con problemas de aprendizaje, acompañar a los padres de familia, realizar seguimiento a estudiantes que requieran una atención de orientación, y establecer contactos interinstitucionales que apunten al desarrollo del Proyecto Educativo Institucional del establecimiento educativo.
Con el fin de generar mejores condiciones de atención integral y pertinente dentro del sector educativo, especialmente en las zonas con mayor afectación de la violencia, el Ministerio de Educación Nacional viene trabajando junto a las entidades territoriales certificadas en la provisión de al menos un docente orientador por cada establecimiento educativo de los municipios del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).
De los 6.312 docentes orientadores, un total de 5.181 son mujeres y 1.129 son hombres. Entre las principales profesiones se encuentran Licenciados en distintas áreas de educación, Psicólogos, Trabajadores sociales, Terapeutas ocupacionales o psicosociales, entre otros.
De esta manera, el Ministerio agradece y reconoce la labor de los docentes orientadores que a lo largo y ancho de nuestro territorio contribuyen a la formación integral de nuestras niñas, niños y adolescentes para que sean mejores ciudadanos y ciudadanas, participen en los procesos educativos, fortalezcan sus procesos en la toma de decisiones, y sean un aliado y vínculo entre las familias y la escuela.