El presidente Gustavo Petro aseguró que las reformas pensional, laboral y de salud impulsadas por su Gobierno constituyen el inicio de un "cambio de época" hacia la libertad y la democracia para Colombia, y señaló que con ellas se empieza a dejar atrás el modelo neoliberal, al que responsabilizó de décadas de desigualdad, destrucción del tejido social y violencia.
En una extensa publicación en su cuenta de la red social X (antes Twitter), el mandatario defendió el rumbo de sus principales apuestas legislativas, destacó el respaldo parcial que han recibido en el Congreso y reiteró que el país está saliendo de lo que calificó como una etapa de "economías de la muerte".
"Las reformas sociales que presenté al Congreso, hace casi tres años, representan un cambio de época, que siempre es un cambio de cultura", escribió el presidente. “Empezamos a dejar atrás el neoliberalismo, que nos condujo a mucha desigualdad, a destrucción del tejido social y a más violencia”.
En su mensaje, el jefe de Estado hizo una revisión crítica del rumbo económico del país durante las últimas décadas. Afirmó que Colombia pasó de ser una nación de economía cafetera, que describió como una "economía de la vida", a depender del petróleo, el carbón y los ingresos ilegales derivados del narcotráfico.
“Nos convertimos de país cafetero a país petrolero, carbonero y cocaínero. Las culturas y el existir cotidiano se empezó a llenar de esa atmósfera”, escribió, señalando que esto generó contraculturas “llenas de muerte, codicia y prostitución”, que, según dijo el mandatario, terminaron por infiltrarse en los medios, la política y las redes sociales.
El jefe de Estado también criticó la forma como el neoliberalismo fue, en su opinión, articulado con el paramilitarismo, lo que —dijo— dejó como saldo un “desastre humanitario” y una Colombia “atrasada, llena de miedo y muerte, casi que esclavista”.
Avances del cambio
Aunque reconoció que el avance de las reformas ha sido lento y que la lucha política sigue siendo compleja, el presidente celebró que el Congreso haya dado luz verde a varias de sus iniciativas, y consideró que esto refleja una voluntad mayoritaria por cambiar de rumbo.
“Lo logrado gracias al raciocinio mayoritario del Congreso es un cambio de rumbo real”, afirmó. También destacó que el declive de la producción petrolera y carbonera, así como las restricciones impuestas al narcotráfico, han generado las condiciones para transitar hacia una nueva etapa.
El presidente aseguró que el Gobierno nacional está impulsando una nueva cultura del trabajo, basada en la productividad y el fortalecimiento del campesinado, los pequeños empresarios y los sectores populares.
“Ahora empieza a haber tierra fértil al campesino, créditos baratos, ayudas a micro y pequeños empresarios. El viejo abandonado, la trabajadora esclavizada, el niño o la niña abandonada pueden, ojalá, ser cosas del pasado”.
Pese a los avances, el presidente advirtió que las resistencias al cambio siguen activas y que gran parte de la violencia social, política y mediática que vive el país proviene de sectores que se oponen a las transformaciones.
“La violencia de hoy, social, política y hasta mediática, sale de las fuerzas que no quieren que Colombia se transforme y avance”, dijo el mandatario.
También insistió en que es necesario seguir luchando contra los privilegios y formas de discriminación que aún persisten en la sociedad.
“Vamos hacia una cultura democrática de todos los colores, libre como las palabras al viento”, dijo y señaló que la “lucha por la emancipación continua para mujeres, hombres, para la niñez, las minorías étnicas y las juventudes que deben ser libres para llegar al conocimiento y el arte. Ese es el cambio que propuse. Un cambio hacia la libertad y la democracia”, finalizó el presidente su mensaje a pocas horas de la gran movilización que tendrá lugar este sábado en Medellín.