El presidente Gustavo Petro anunció la firma de un acuerdo con la Iglesia católica y representantes del Estado para reducir la violencia verbal en los discursos políticos. Según expresó en su cuenta oficial de X, el objetivo es “afirmar los derechos” sin recurrir a expresiones de odio ni agresiones.
Petro aseguró que “somos firmes pero no odiamos, ni hablamos de echar balín, plomo o matar. No agredimos periodistas”, subrayando que la exigencia es que se cumpla la constitución de 1991.
También se refirió a la reforma laboral, afirmando que “el microempresario crece si los trabajadores ganan más, porque aumentan sus ventas”, y rechazó la idea de que se verán afectados. “Es falso completamente el argumento que los microempresarios se quiebran si suben los salarios”, afirmó. En cambio, propuso facilitarles crédito, tecnología y asociaciones con aprendices del Sena.
Respecto al atentado contra el senador Miguel Uribe, Petro negó cualquier relación con sectores que promueven la justicia social. “Eso es una calumnia que rechazamos”, escribió. Rechazó también que se vincule la Consulta Popular con los hechos violentos recientes, asegurando que “no aceptamos esas insinuaciones bajas y morbosas”.
Además, denunció intentos de frenar las investigaciones sobre amenazas contra su vida. “Tengo el derecho de investigar quién quiere matarme”, dijo, aludiendo al asesinato del concejal Juan Camilo Espinoza en Antioquia.
El mandatario concluyó que si el Senado aprueba lo ya consensuado en la Cámara, firmará la reforma laboral y se suspenderá la Consulta Popular.