Durante su visita a Ocaña, Norte de Santander, el presidente Gustavo Petro propuso un cambio en la estrategia de sustitución de cultivos ilícitos, basado en un enfoque regional y no individual. La propuesta fue presentada en el marco del evento "Agroindustria y comercialización en el Catatumbo", donde el mandatario también reaccionó al reciente informe de la ONU que señala a Colombia como el mayor productor mundial de cocaína, con más del 60 % de participación global.
En respuesta al informe, el presidente señaló que “la hoja de coca está creciendo en productividad, no en extensión. Tenemos que sustituir regiones enteras, no personas aisladas, porque eso los pone en riesgo”. Además, destacó que más de 10.000 familias ya están vinculadas al programa de sustitución de cultivos y que en el Catatumbo comienzan a abrirse paso hacia la legalidad y la paz.
Como parte de esta estrategia, el mandatario anunció una inversión de 20.000 millones de pesos a través de la Agencia de Desarrollo Rural, destinada a impulsar la agroindustria regional, con especial atención a la producción de cebolla roja ocañera. Petro explicó que el objetivo es que los campesinos encuentren en cultivos legales como el cacao y la cebolla una alternativa más rentable y segura que la coca.
“Queremos que el campesino gane más con lo que la tierra le da que con la coca. Es mejor vivir tranquilo que vivir con miedo a que un dron le destruya la casa o un fusilero lo alcance. Así es como fortalecemos la economía nacional”, expresó el presidente.
Petro subrayó que este nuevo enfoque también contempla una estrategia integral que combine inversión social con presencia del Estado en materia de seguridad. “Esta no es una estrategia ingenua, también es política y militar. A mayor reducción de cultivos de coca, mayor será la paz en estas zonas del país”, añadió.
Finalmente, propuso que Colombia y Bolivia lideren una iniciativa para financiar una medición independiente de cultivos de coca ante el Comité sobre Drogas de la ONU, con el propósito de contar con cifras más precisas y promover usos alternativos y beneficiosos de la hoja de coca.
Con esta propuesta, el Gobierno busca avanzar hacia una paz territorial sostenible, fortaleciendo las economías legales y alejando a las comunidades rurales del narcotráfico.