El legado del papa Francisco, fallecido recientemente en el Vaticano, ha sido objeto de múltiples interpretaciones. Salud Hernández-Mora destaca que su papado estuvo profundamente influenciado por su origen latinoamericano, su formación jesuita y una visión del mundo marcada por décadas de dictaduras, pobreza estructural y luchas sociales.
Según Hernández-Mora, el pontífice argentino nunca logró desprenderse del todo de su pasado como sacerdote Jorge Mario Bergoglio. “Parecía cargar sobre sus hombros el perfil de una América Latina con altos índices de violencia y pobreza, a los que intentaba dar respuestas”, señaló, explicando que ese enfoque permeó su forma de ejercer el pontificado, no siempre comprendido por todos los católicos.
El papa fue criticado por su cercanía a figuras políticas que representaban ideologías de izquierda o progresistas. Entre los momentos más polémicos, la periodista recordó el encuentro con el entonces candidato presidencial colombiano Gustavo Petro, un gesto que fue aprovechado políticamente por sectores cercanos al hoy mandatario. “Aunque Francisco no quiso publicar fotos, el petrismo manipuló una imagen suya con Putin para poner el rostro de Petro”, añadió Hernández-Mora.
Asimismo, subraya que su trato diferencial con figuras políticas como Verónica Alcocer o su mensaje velado contra Javier Milei en Argentina aumentaron las suspicacias sobre una inclinación ideológica. La periodista sugiere que detrás de esas decisiones estuvieron asesores clave del Vaticano, como Paul Gallagher, responsable de Asuntos con los Estados desde 2014, y Pietro Parolin, secretario de Estado, ambos con influencia directa en el pontífice.
No obstante, Hernández-Mora aclara que Francisco también fue crítico de dictaduras actuales, aunque sus acciones no siempre estuvieron a la altura de sus palabras. En el caso de Nicaragua, lamentó la falta de contundencia del papa frente a las agresiones del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia, como la expulsión del nuncio y los ataques a obispos. “Se echó en falta alguna medida cuando más lo necesitaban los nicaragüenses”, apuntó.
Respecto a Venezuela y Cuba, la periodista criticó la tibieza de la Santa Sede en momentos clave. A su juicio, los esfuerzos diplomáticos con Nicolás Maduro resultaron infructuosos y en Cuba no se logró avanzar en materia de libertad religiosa. “Aunque se prodigaron fotos y acuerdos, todo quedó en papel mojado”, indicó.
En contraste, Hernández-Mora también reconoció que el papa Francisco defendió causas progresistas dentro de la doctrina social de la Iglesia, como su postura a favor de los migrantes, su oposición a la pena de muerte y sus frecuentes visitas a cárceles. Sin embargo, advirtió que estas acciones no fueron bien recibidas por todos los católicos, quienes veían en ellas una agenda ideológica más que evangélica.
“El papa argentino deja un legado de enorme trascendencia para el catolicismo y la humanidad, pero también protagonizó controversias que marcaron su pontificado”, concluyó Salud Hernández-Mora. Su visión pastoral, más centrada en las periferias y en una Iglesia de barrio, convivió con decisiones políticas y omisiones que suscitaron división dentro y fuera del Vaticano.