Tres bombas estallaron ayer en barrios de Cali (Manuela Beltrán, El Mango y Meléndez), provocando al menos dos muertes y varios heridos, según el alcalde Eder, quien activó la ley seca y cierres tempranos en colegios y negocios.
Las detonaciones ocurrieron cerca de estaciones de policía, aparentemente en conmemoración de la muerte de un disidente conocido como "Mayimbú", incrementando la percepción de vulnerabilidad ciudadana.
A pesar del clima hostil, el presidente Petro mantuvo su agenda en la ciudad: presidió un consejo de seguridad y firmó su controvertido decreto para la consulta popular laboral.
La población de barrios afectados se quejó por la falta de atención rápida por parte de las autoridades, solicitando una presencia permanente de seguridad y apoyo en atención médica.
Los atentados evidencian una creciente amenaza de grupos armados en regiones urbanas, lo cual pone en duda la estrategia de “paz total” impulsada por el Gobierno.
Las fuerzas de seguridad anunciaron operativos de recuperación de confianza y protección ciudadana, especialmente en zonas de alto riesgo.