En el Valle de Aburrá, los vehículos registrados en plataformas de transporte ya duplican en número a los taxis tradicionales, con más de 60 000 autos y motos afiliados en la región.
Esta expansión tecnológica ha creado un impacto significativo en la movilidad urbana: si bien ha generado más opciones y competencia para los usuarios, también agrava problemas de congestión, aumento en siniestros viales y dificultades en el control operativo. Transportistas tradicionales y la Alcaldía debaten ajustes normativos para regular tanto el servicio como las tarifas.
Desde el sector de taxis denuncian competencia desleal, mientras grupos de conductores de plataformas exigen seguridad laboral y social. La Alcaldía evalúa nuevas normas para equilibrar la oferta, como licencias especiales, infraestructura dedicada y políticas de género en el transporte que protejan a las conductoras.