Con un discurso directo, el presidente Gustavo Petro dijo en la IV Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo de la ONU que el norte global está utilizando la migración como excusa para desviar la atención de su responsabilidad frente a la crisis climática. “Hace tres años, en estas reuniones se hablaba del clima. Hoy se habla del migrante", dijo el mandatario. “Y no por solidaridad, sino por miedo, por votos, por poder".
Durante el panel de alto nivel “Un cambio de paradigma para las soluciones lideradas por los países a los desafíos de nuestro tiempo", el jefe de Estado colombiano expuso una “tesis incómoda": que las potencias del norte están reemplazando la discusión climática por una narrativa de odio al migrante, una que apela al racismo, la xenofobia y la defensa del privilegio.
“Los votos se consiguen alrededor del discurso antimigración. Y así se oculta el debate real: el de la vida frente a un modelo que está matando el planeta".
Criticó abiertamente que los países desarrollados, en lugar de transformar sus sistemas energéticos, hayan optado por criminalizar al sur global: “Hoy no es el norte ayudando al sur. Es el sur que puede ayudar al norte a limpiar su CO2. Pero como tenemos otro forro de piel, simplemente nos expulsan".
“Esto ya lo vimos en 1923. Suben el racismo, la xenofobia, los campos de concentración. Bombardean Gaza mientras construyen muros para que el migrante no entre".
Macron no se comprometió
En el desarrollo del panel, el presidente francés Emmanuel Macron respondió a los planteamientos del jefe de Estado colombiano, pero lejos de asumir el llamado de atención, se centró en rechazar la crítica. Alegó que en Europa no hay “obsesión con la migración" y acusó al presidente colombiano de “simplificar" la política europea.
“Nadie habló de migración hasta que usted lo hizo", dijo Macron, visiblemente incómodo.
La intervención de Macron fue leída por varios asistentes como una evasión. Mientras el presidente Petro pedía repensar el modelo civilizatorio que produce desigualdad, desplazamiento forzado y colapso ambiental, Macron optó por defender la imagen del norte sin comprometerse con los cambios estructurales que la situación exige.
Para el jefe de Estado colombiano, la migración no es una crisis. Es una consecuencia. Y su criminalización es un síntoma de un modelo de poder que no quiere mirar sus propias fallas.
“El migrante es riqueza, no pobreza. Pero sirve como fetiche político para sostener una economía fósil, desigual y excluyente. Una economía que prefiere morir antes que transformarse".
“Las potencias del norte están reemplazando la discusión climática por una narrativa de odio al migrante, una que apela al racismo, la xenofobia y la defensa del privilegio."
“Pienso que este es el mejor debate que he podido desatar en foros internacionales. Sucedió por fuera de la "mise en escenes" para mi algo muy eurocéntrica. Macron es mi amigo, se comportó bien. Lo descoloqué un poco, es el debate del mundo."
“El migrante es riqueza, no pobreza. Pero sirve como fetiche político para sostener una economía fósil, desigual y excluyente. Una economía que prefiere morir antes que transformarse."