La crisis de seguridad generada por los atentados con explosivos perpetrados este mes en Cali y regiones del Pacífico encendió nuevamente las alarmas en la ciudad. Según un informe de Invamer divulgado hoy, el 48,4 % de los caleños considera que la violencia es el mayor problema de la ciudad.
Es parte de una tendencia nacional: el 36 % de los encuestados en todo el país señala el orden público como su principal preocupación, por encima de la economía, la corrupción o el sistema político. Esta percepción negativa se profundizó tras el atentado contra Miguel Uribe Turbay y los ataques con explosivos en el Valle y Cauca.
El estudio, realizado entre el 6 y el 16 de junio, revela que el 89 % de los colombianos considera que la inseguridad ha empeorado. En Cali, además, el alcalde Alejandro Éder registra apenas un 30 % de aprobación.
Autoridades locales informaron que se han reforzado operativos y aumentado la presencia militar en puntos críticos, en coordinación con la Policía Metropolitana y la Fiscalía.
Sectores urbanísticos y asociaciones de vecinos han solicitado más cámaras, inteligencia urbana y patrullajes constantes, mientras organizaciones sociales hacen un llamado a políticas de prevención y abordaje de problemas estructurales.
El desafío será equilibrar acciones represivas con estrategias comunitarias, en una ciudad marcada por la repetición de este tipo de atentados.