El conflicto entre Israel e Irán alcanzó niveles sin precedentes, marcando una nueva etapa de tensión regional que, por ahora, no involucra directamente a países árabes. En este escenario, múltiples sectores del mundo árabe observan el enfrentamiento con una mezcla de distancia, crítica e ironía.
Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, aseguró: "Vamos a ver un Medio Oriente diferente, una realidad que no hemos visto hasta ahora", durante una entrevista transmitida por el Canal 14. Añadió que la guerra podría allanar el camino para expandir los Acuerdos de Abraham con más naciones árabes.
Respecto al régimen iraní, Netanyahu declaró: "Lo veo desde una perspectiva histórica... Ciro liberó a los judíos, y hoy el Estado judío podría liberar a los persas". Aunque también afirmó que "el 80% de los iraníes odia a su gobierno", no presentó fuentes que respaldaran ese dato.
Por parte de Irán, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) comunicó que emplearon misiles hipersónicos en su último ataque. "Se llevó a cabo la undécima oleada de la orgullosa Operación Promesa Honesta 3 con misiles Fattah-1", informó el CGRI por televisión estatal.
El general Abdolrahim Musavi, jefe del Estado Mayor iraní, dijo que las ofensivas anteriores fueron "advertencias" y que pronto darían una respuesta "contundente" contra Israel. Instó a los civiles israelíes a abandonar Tel Aviv y Hifa para evitar ser víctimas.
Como parte de sus acciones recientes, el ejército israelí anunció la eliminación de Ali Shadmani, jefe del Estado Mayor de Irán, quien asumió el cargo días antes. "Por segunda vez, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han eliminado al jefe del Estado Mayor de Irán", informó el ejército en un comunicado.
Mientras las potencias intercambian ataques, las reacciones en el mundo árabe han sido diversas. En Líbano, videos de misiles en redes sociales acompañaron cenas y bodas, generando alivio en algunos por no ser los objetivos del fuego cruzado.
En redes sociales, algunos usuarios celebran los ataques contra Israel. Otros expresan satisfacción porque, por primera vez en años, la guerra no ocurre en su territorio. Sin embargo, tampoco hay simpatía hacia Irán.
Durante décadas, Irán financió milicias como Hezbollah en Líbano y los hutíes en Yemen. En muchas naciones árabes, estas acciones generaron rechazo, al considerarse una amenaza a la estabilidad local.
En Siria, donde Irán sostuvo al régimen de Bashar al-Assad durante la guerra civil, parte de la población celebró los recientes ataques contra oficiales iraníes. Incluso hubo quien llevó dulces a la embajada iraní tras la huida de Assad.
Medios como Al-Jazeera, financiados por Qatar, mostraron cobertura comprensiva hacia Irán. Arabia Saudita, en cambio, mantuvo un tono moderado, evitando provocar a Teherán, en un gesto de cautela estratégica.
En los Emiratos Árabes Unidos, la creciente influencia militar de Israel genera preocupación. "Israel es aterrador y poderoso, y confirma día tras día que domina el ámbito militar y de inteligencia", escribió el académico emiratí Abdulkhaleq Abdulla.
Mohammed Baharoon, analista en Dubái, expresó: "(Israel) se convierte en la principal fuente de inestabilidad en la región, una posición que solía compartir con Irán". Como consecuencia, la región árabe parece valorar más la estabilidad que las victorias militares.