La canciller de Colombia, Laura Sarabia, es objeto de críticas debido a su elección de vestimenta y accesorios de lujo. Durante una entrevista, Sarabia abordó estos señalamientos, sugiriendo que tales comentarios suelen dirigirse más a mujeres en posiciones de poder, evidenciando un sesgo de género en la percepción pública.
En eventos oficiales, Sarabia ha sido vista luciendo prendas y accesorios de marcas reconocidas. Por ejemplo, en una ocasión en Cartagena, llevó unas sandalias Ferragamo valoradas en aproximadamente 4,3 millones de pesos colombianos.
Además, durante la conmemoración del 20 de julio, vistió un traje de la marca danesa Baum und Pferdgarten, cuyo costo ronda los 2 millones de pesos.
Estas elecciones de moda han generado debates en redes sociales y medios de comunicación sobre la coherencia entre la imagen personal de los funcionarios y las políticas de austeridad gubernamentales. Algunos críticos consideran que el uso de artículos de lujo puede contrastar con el mensaje de empatía hacia las clases menos favorecidas.
Sin embargo, defensores de Sarabia argumentan que su vestimenta no debería ser objeto de escrutinio, siempre que no interfiera con sus responsabilidades oficiales.