Investigadores que trabajan con barcos rompehielos y robots submarinos han revelado que el glaciar Thwaites en la Antártida se está derritiendo de manera alarmante, lo que podría llevar a un colapso irreversible y, por ende, a un incremento significativo en el nivel del mar global. Este glaciar, conocido como el "glaciar del fin del mundo", ha sido objeto de estudio desde 2018 por un equipo de la Colaboración Internacional del Glaciar Thwaites, que busca entender su comportamiento y el momento de su posible colapso.
Las conclusiones de sus investigaciones, presentadas en un informe reciente, destacan la situación crítica del glaciar, señalando que la pérdida de hielo se intensificará en este siglo. Rob Larter, geofísico marino del British Antarctic Survey y miembro del equipo, advirtió: “Nuestros hallazgos indican que el retroceso será mayor y más rápido”. La proyección establece que Thwaites, junto con la capa de hielo de la Antártida, podría colapsar en un plazo de 200 años, lo que tendría consecuencias desastrosas.
Este glaciar tiene la capacidad de elevar el nivel del mar más de 60 centímetros, pero su colapso podría ser aún más catastrófico, generando un aumento de hasta 3 metros, afectando gravemente a comunidades costeras de ciudades como Miami y Londres, así como a países como Bangladesh y diversas islas del Pacífico.
Los científicos ya eran conscientes de que Thwaites era susceptible debido a su geografía; su base se inclina hacia abajo, lo que provoca que, a medida que se derrite, más hielo queda expuesto al agua más cálida del océano. Sin embargo, los mecanismos específicos detrás de su deshielo seguían siendo un misterio. En un comunicado, los expertos afirmaron: “La Antártida sigue siendo la mayor amenaza para comprender y predecir el futuro aumento del nivel del mar”.
Durante seis años, el equipo de investigación ha realizado numerosos experimentos para aclarar la situación del glaciar. Uno de los avances significativos fue el uso de un robot submarino llamado Icefin, que se envió a la línea de fondeo de Thwaites, un área crítica donde el hielo comienza a flotar sobre el lecho marino. Kiya Riverman, glacióloga de la Universidad de Portland, comentó sobre la experiencia: “Creo que para los glaciólogos tuvo el mismo impacto emocional que la llegada a la Luna para el resto de la sociedad. Fue un gran acontecimiento. Veíamos este lugar por primera vez”.
Las imágenes captadas por Icefin revelaron que el glaciar se está desintegrando de formas inesperadas, ya que el agua caliente del océano puede fluir a través de profundas grietas en el hielo. Otro estudio, que empleó datos de satélite y GPS, encontró que el agua marina podía penetrar más de 10 kilómetros bajo Thwaites, comprimida bajo el hielo y acelerando su deshielo.
Adicionalmente, Julia Wellner, profesora de la Universidad de Houston, formó parte de un equipo que examinó núcleos de sedimentos marinos para reconstruir la historia de Thwaites. Este análisis mostró que el glaciar comenzó a retroceder rápidamente en la década de 1940, posiblemente a causa de un fuerte episodio de El Niño, un fenómeno climático natural que suele tener efectos de calentamiento.
Las investigaciones en curso subrayan la urgencia de comprender el comportamiento de Thwaites, ya que su futuro tiene implicaciones globales significativas en el contexto del cambio climático.