Desde hace 11 meses, Bogotá y 12 municipios aledaños experimentan un racionamiento de agua potable debido a la preocupante reducción en los niveles de los embalses que abastecen la región. El Sistema Chingaza, principal fuente hídrica de la ciudad, se encuentra al 38,64% de su capacidad, con el embalse de Chuza al 31,95% y San Rafael al 60,40%.
El agregado Norte, que incluye la planta de tratamiento Tibitoc, está al 48,44%, con embalses como Neusa al 79,65%, Sisga al 59,32% y Tominé al 42,38%. Por su parte, el agregado Sur, que abastece la localidad de Usme, presenta un 87,45% de capacidad, mientras que El Hato está al 85,14%.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha señalado que, si la tendencia favorable en los niveles de los embalses continúa, es posible que en abril se levante el racionamiento. Destacó que, aunque en enero y febrero se registraron niveles superiores al promedio histórico, es fundamental mantener las medidas de ahorro para garantizar el suministro.
Entre las acciones implementadas para enfrentar la crisis hídrica se encuentra el incremento de la capacidad del sistema Norte o Tibitoc, que pasó de aportar 4,6 a aproximadamente 8 metros cúbicos por segundo, reduciendo la presión sobre Chingaza, responsable del 70% del suministro de agua en Bogotá.
Además, se evalúa la construcción de nuevos embalses cerca de Chuza y San Rafael, proyecto conocido como Chingaza II, y la posible conexión del embalse de Tominé con la planta de tratamiento de Tibitoc.
La administración distrital continúa instando a la ciudadanía a mantener prácticas de ahorro y consumo responsable de agua, incluso durante las temporadas de lluvias, para asegurar la sostenibilidad del recurso hídrico en la capital.