Un intenso verano golpea a Cali y al Valle del Cauca, causando una preocupante reducción en el caudal del río Cali en las últimas horas. La ciudad ha enfrentado serias dificultades en las últimas semanas debido a las altas temperaturas, incendios forestales y el incremento en el consumo de agua, lo que ha puesto en alerta a las autoridades locales.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha informado que el fenómeno de La Niña, el cual traería lluvias, se está retrasando. Según el pronóstico, este fenómeno climático podría aparecer a finales de septiembre o inicios de octubre, lo que deja a la región en una situación de incertidumbre ante la persistente sequía.
El director del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma), Mauricio Mira, manifestó su preocupación por la situación actual de los ríos locales. "Los ríos locales sí están bajos, excepto el del Cauca, que se mantiene de acuerdo a la información brindada por la CVC y otros centros de control. Eso nos da cierto parte de tranquilidad, pero si no mejora, obviamente vamos a tener que tomar medidas", señaló.
En contraste con épocas de lluvias ocasionales, donde el río Cali suele destacarse por su caudal, el panorama actual es desalentador. Las autoridades advierten que, de no mejorar la situación en las próximas semanas, podrían implementarse restricciones en el uso del agua para garantizar el abastecimiento.
Camilo Murcia, director de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), subrayó los esfuerzos conjuntos para mitigar los efectos de la sequía. "Decidimos unir fuerzas para limpiar los alrededores del río Cali, protegiendo así nuestros recursos hídricos y ratificando por qué fuimos escogidos como la sede de la COP16", destacó.
Con la inminente llegada de La Niña aún en espera, las autoridades locales continúan trabajando en la protección de los recursos naturales y monitoreando de cerca la situación de los cuerpos de agua para evitar una crisis mayor en la ciudad.