La región del Catatumbo, en el noreste de Colombia, enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes debido a los intensos enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC. Estos combates han obligado a miles de personas a abandonar sus hogares en busca de refugio y protección.
Según informes recientes, más de 5.000 desplazados han llegado a Cúcuta, la capital de Norte de Santander, tras huir de la violencia en el Catatumbo. La Alcaldía de Cúcuta ha dispuesto el Estadio General Santander como centro de acopio y alojamiento para las personas víctimas de desplazamiento forzado.
La situación en el Catatumbo es alarmante. Los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las FARC han dejado al menos 80 muertos y han desplazado a unas 8.000 personas a lugares como Cúcuta, Ocaña y Tibú.
Los desplazados relatan historias desgarradoras de violencia y pérdida. Una mujer, madre de tres hijos, expresó: "Tuvimos que huir en medio de la noche, dejando todo atrás. No sabemos qué nos depara el futuro".
El gobierno colombiano ha suspendido los diálogos de paz con el ELN en respuesta a esta escalada de violencia. El presidente Gustavo Petro ha condenado los ataques y ha prometido medidas para proteger a la población civil.
Organismos internacionales, como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), han iniciado censos de los desplazados y están coordinando esfuerzos de asistencia humanitaria. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, y se requieren acciones urgentes para garantizar la seguridad y el bienestar de los afectados.