El uso de cuentas compartidas se ha convertido en un tema de preocupación para las grandes plataformas de streaming. Aunque para muchos usuarios es una forma económica de acceder a contenido, las empresas ven esta práctica como una amenaza para su modelo de negocio. En los últimos años, ha crecido la tendencia de alquilar cuentas a terceros por un pago menor al que cobran directamente las plataformas, lo que ha generado malestar en la industria.
Esta práctica, que inicialmente surgió como un acuerdo entre familiares y amigos, se ha transformado en una actividad comercial informal, en la que algunos usuarios ofrecen sus cuentas a cambio de un pago reducido. Esta situación no solo afecta los ingresos de las plataformas, sino que también presenta desafíos en términos de seguridad y control de acceso a los servicios.
Las plataformas han comenzado a tomar medidas para combatir este fenómeno, implementando restricciones en el número de dispositivos o ubicaciones que pueden acceder a una cuenta simultáneamente. Sin embargo, la creatividad de los usuarios para sortear estas barreras sigue siendo un reto constante para la industria.