La Policía Nacional de Colombia, mediante su Dirección de Investigación Criminal (Dijín), desmanteló una organización dedicada al tráfico de personas hacia Asia, en particular a Corea del Sur. En un operativo reciente, las autoridades capturaron a dos mujeres identificadas como miembros clave del grupo y las presentaron ante un juez para iniciar su proceso judicial.
Según la investigación, esta red criminal reclutaba a sus víctimas en calles de Medellín y Bogotá, ofreciendo trabajos bien remunerados en el extranjero con la promesa de brindar estabilidad económica. Sin embargo, al llegar a su destino en Incheon, Corea del Sur, las mujeres encontraban una realidad distinta: eran sometidas a explotación sexual y abusos, bajo el control total de la organización.
La Fiscalía General de la Nación, que participó en el proceso investigativo, reveló que las víctimas eran forzadas a prostituirse en establecimientos disfrazados de karaokes. “Eran sometidas a diferentes vejámenes y obligadas a ejercer la prostitución en locales de lenocinio”, detalla el informe policial. A pesar de las promesas iniciales, las víctimas nunca recibían el dinero que les habían ofrecido, y cualquier resistencia o incumplimiento era castigado con severas multas.
Las condiciones empeoraban si alguna de las mujeres quedaba embarazada, pues la organización las obligaba a interrumpir sus embarazos. “Si las víctimas se encontraban en estado de gestación, eran obligadas a abortar”, se lee en uno de los pasajes más duros del informe. Además, para reforzar su control, los captores amenazaban a las mujeres con tomar represalias contra sus familias en Colombia si intentaban escapar o denunciaban lo sucedido.
En el marco de esta operación, las autoridades capturaron a dos mujeres conocidas como alias *Camila* y *La Paisa*. Según el informe, *Camila* era responsable de reclutar víctimas en Medellín y el Valle de Aburrá, mientras que *La Paisa* se encargaba de coordinar la logística del traslado. Esta última fue detenida en Soacha, donde las autoridades encontraron múltiples pruebas de su participación en la red.
Durante el allanamiento a la vivienda de *La Paisa*, se incautaron 25 documentos, entre ellos pasaportes, facturas y agendas, que revelan la organización meticulosa del grupo. También se hallaron 17 cartuchos de calibre 9 milímetros y un sistema de grabación digital vinculado a las cámaras de seguridad, lo que confirma la estructura bien organizada y la capacidad operativa de la red criminal.
Las dos mujeres fueron imputadas por los delitos de trata de personas y tenencia ilegal de armas, y fueron trasladadas a un centro penitenciario mientras avanzan los procedimientos legales. El director de la Dijín, coronel Edwin Masleider Urrego, informó que se ha emitido una notificación azul contra alias *Katherin*, la persona encargada de recibir a las víctimas en Corea del Sur. Su captura es clave para avanzar en la desarticulación total de la organización.
El trabajo coordinado entre la Policía Nacional y la Fiscalía reafirma el compromiso de las autoridades colombianas para combatir la trata de personas y llevar ante la justicia a quienes operan en esta clase de delitos.