Donald Trump regresa a la Casa Blanca este lunes 20 de enero, marcando el inicio de un nuevo periodo que promete transformaciones globales significativas. Este triunfo electoral, considerado uno de los más inesperados de la historia reciente de Estados Unidos, implica desafíos estratégicos para el presidente colombiano Gustavo Petro, quien deberá manejar con cautela las relaciones bilaterales para evitar consecuencias negativas en áreas clave como cooperación económica y lucha contra el narcotráfico.
Trump llega a la presidencia con una agenda marcada por su lema "America First", centrada en una política comercial proteccionista y una postura radical contra la migración ilegal. Estas directrices podrían repercutir directamente en Colombia, especialmente si se reducen los 600 millones de dólares anuales que el país recibe en cooperación, gran parte destinada a combatir el narcotráfico.
Según Luis Alberto Moreno, expresidente del BID, cualquier pérdida en este frente será difícil de revertir. Además, el aumento en los cultivos de hoja de coca, que crecieron un 10% entre 2022 y 2023, y la producción potencial de cocaína, que se disparó un 53,3%, coloca a Colombia en una posición vulnerable frente a las expectativas del nuevo gobierno estadounidense.
El endurecimiento de las políticas migratorias de Trump podría impactar a miles de colombianos que buscan llegar a Estados Unidos. Con planes para reforzar el muro fronterizo con México y llevar a cabo deportaciones masivas, el mandatario parece decidido a reducir drásticamente los flujos migratorios.
En el ámbito comercial, Trump ha anunciado posibles aranceles del 25% para productos provenientes de México y Canadá, y una tasa general del 10% que afectaría a otras naciones. Aunque estas medidas no están dirigidas específicamente a Colombia, podrían tener efectos indirectos en las exportaciones nacionales.
Trump asume el cargo en un contexto global complejo, con tensiones en Medio Oriente, Ucrania y Taiwán. Aunque América Latina no parece ser una prioridad en su agenda, el nombramiento de Marco Rubio como secretario de Estado, un político con profundo conocimiento de la región, podría abrir espacios de diálogo en temas sensibles como la situación en Venezuela.
A pesar de los desafíos, este panorama podría representar una oportunidad para que Colombia redefina su relación con Estados Unidos. Petro, quien ha mostrado simpatías hacia el régimen de Nicolás Maduro, deberá reconsiderar su postura si desea mantener el apoyo estadounidense en áreas críticas.
En contraste con su primer mandato, Trump asume esta vez con mayorías en el Congreso y la Corte Suprema, lo que le permitirá implementar su agenda sin mayores obstáculos internos. Además, cuenta con un respaldo popular que lo posiciona como un símbolo de los movimientos nacionalistas y de la era de los outsiders.