James A. Robinson fue galardonado con el Premio Nobel de Ciencias Económicas 2024 por sus investigaciones sobre el impacto de las instituciones en el desarrollo de las naciones. Su trabajo ha sido clave para explicar cómo ciertas estructuras fomentan el crecimiento y la igualdad, mientras que otras perpetúan la pobreza y la desigualdad.
En su obra Por qué fracasan las naciones, Robinson argumenta que las instituciones inclusivas permiten la distribución justa del poder y generan oportunidades para todos, mientras que las instituciones extractivistas concentran los recursos en una élite privilegiada, obstaculizando el desarrollo económico. Esta teoría ha tenido gran relevancia en debates internacionales, pero ha sido especialmente aplicada al análisis de los problemas de Colombia.
El economista ha señalado que en Colombia persisten prácticas como la evasión fiscal y el clientelismo, las cuales, según él, reflejan un entorno social que tolera la corrupción y dificulta las reformas necesarias. En una entrevista con La República, Robinson afirmó que en el país “la sociedad no percibe estas prácticas como inapropiadas” y subrayó que la falta de voluntad política para enfrentar la evasión fiscal profundiza los problemas económicos.
Para Robinson, sin un compromiso serio en materia de reforma fiscal y sin instituciones más responsables, los avances en la reducción de la desigualdad serán limitados. “Los progresos reales dependerán de una transformación profunda del sistema institucional”, afirmó el Nobel, alertando sobre los riesgos de mantener las estructuras actuales.
El reconocimiento a Robinson no solo destaca su contribución al estudio del desarrollo económico global, sino que también pone sobre la mesa la urgente necesidad de que Colombia reforme su sistema institucional para garantizar un crecimiento más equitativo y sostenible.