El presidente Gustavo Petro y el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, protagonizaron un intenso intercambio de declaraciones, evidenciando una creciente fractura entre el Gobierno nacional y las autoridades locales de Antioquia. El alcalde acusó a Petro de mantener un “odio” hacia la región y de incumplir compromisos esenciales, mientras el mandatario defendió sus políticas, señalando mejoras en la calidad de vida de los antioqueños.
Gutiérrez, durante una entrevista, expresó que los avances de Medellín no dependen del apoyo del Ejecutivo, sino del esfuerzo conjunto de los actores locales. “Las cosas buenas que pasan en Medellín, definitivamente, no pasan por usted. Pasan a pesar de usted”, afirmó, refiriéndose a los logros obtenidos por empresarios, universidades y gobiernos locales, en contraste con lo que calificó como un “nefasto gobierno nacional”.
El mandatario local criticó la falta de recursos prometidos para obras clave como el Túnel del Toyo, el Metro de la 80 y los giros necesarios para apoyar a la niñez a través del ICBF. Además, señaló el retraso en la financiación para resolver las deudas con Empresas Públicas de Medellín (EPM) y Afinia, una filial que presta servicios en la costa Caribe.
Por su parte, el presidente Petro refutó las acusaciones, destacando que Antioquia ha sido una de las regiones más beneficiadas por las políticas de su administración. “Cómo será el odio que tenemos por Antioquia que es el departamento donde hemos entregado más tierra a los campesinos, donde logramos la tasa más baja de desempleo, en Medellín, de todas las capitales del país, y donde las políticas de paz del Gobierno nacional han logrado reducir casi a un dígito la tasa de homicidios de Medellín”, respondió Petro en declaraciones recogidas por varios medios nacionales.
Mientras Petro defiende el diálogo con grupos armados para avanzar en acuerdos de desmovilización, Gutiérrez considera que se prioriza el contacto con estos grupos en lugar de atender las necesidades de las regiones afectadas por la violencia.
El debate también incluye el manejo de los recursos para infraestructura estratégica en Antioquia, proyectos considerados fundamentales para la competitividad del departamento. El Túnel del Toyo, que busca conectar el centro del país con Urabá, y el Metro de la 80, una obra clave para la movilidad de Medellín, se han convertido en símbolos del desacuerdo entre ambos niveles de gobierno.
Analistas políticos consideran que estas tensiones políticas, podrían influir en la percepción ciudadana de ambas administraciones. Mientras Gutiérrez busca consolidarse como una voz crítica de la actual presidencia, Petro intenta defender su gestión en una región tradicionalmente gobernada por fuerzas opositoras al Pacto Histórico.