El presidente Gustavo Petro reaccionó enérgicamente tras el hundimiento de la ley de financiamiento en el Congreso, calificando esta decisión como un "golpe al pueblo colombiano". En sus declaraciones, Petro lamentó la pérdida de una reforma que, según él, estaba diseñada para asegurar recursos a la nación, especialmente para enfrentar los retos económicos derivados de la transición energética y las necesidades de los programas sociales de su gobierno.
El mandatario señaló que los congresistas que votaron en contra de la reforma se alinearon con intereses empresariales y multinacionales, apuntando especialmente a las petroleras y a los sectores de juegos de suerte y azar. Además, argumentó que esta decisión busca desfinanciar al gobierno y, en última instancia, darle ventaja a los opositores en las elecciones presidenciales de 2026.
Con la reforma tributaria rechazada, Petro advirtió que el gobierno deberá ajustar su presupuesto y buscar nuevas formas de financiamiento, con un enfoque en combatir la evasión fiscal, especialmente en sectores clave como el juego en línea y el contrabando. A pesar de la situación, el presidente insistió en que los recortes no afectarán los programas sociales que buscan mejorar las condiciones de vida de millones de colombianos.
La presión sobre el gobierno de Petro aumentará mientras se enfrenta a un escenario económico más complejo, con la necesidad de gestionar una crisis fiscal sin comprometer los avances en justicia social que su administración promueve.