El asesinato de Erik Anderson Menza Pavi, autoridad indígena del pueblo Nasa, ocurrido el 12 de abril en Toribío, Cauca, generó una fuerte condena nacional e internacional, evidenciando la creciente violencia que enfrentan las comunidades indígenas en Colombia.
Menza Pavi, de 32 años, fue hallado sin vida con impactos de bala en la vereda Porvenir. Se desempeñaba como autoridad Khabuwe’sx (guardia) en su comunidad y era ampliamente reconocido por su compromiso con la defensa del territorio, la autonomía indígena y la vida comunitaria.
Este crimen representa el tercer asesinato de un líder indígena en Toribío en lo que va del año, y eleva a 12 el número de líderes indígenas asesinados en el departamento del Cauca en lo que va de 2025. La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos en Colombia y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la OEA han manifestado su preocupación por estos ataques sistemáticos, que ponen en riesgo la supervivencia del pueblo Nasa y de otros pueblos originarios en el país.
Según el más reciente informe del programa Somos Defensores, en 2024 fueron asesinados 157 líderes sociales en Colombia, lo que equivale a un promedio de una víctima cada dos días. El departamento del Cauca continúa siendo una de las regiones más afectadas por la violencia, debido a la alta presencia de grupos armados ilegales, disputas territoriales y economías ilícitas.
Organizaciones indígenas, como el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), han denunciado el abandono estatal y la falta de garantías para el ejercicio del gobierno propio. Además, han exigido al Gobierno Nacional que adopte medidas urgentes para proteger a sus autoridades tradicionales y comunidades, garantizando su derecho a la vida, a la autonomía y al territorio.
La ONU reiteró su llamado a los grupos armados no estatales que operan en la región para que respeten la vida, la integridad y los derechos de los pueblos indígenas, en particular del pueblo Nasa. Mientras tanto, líderes sociales del Cauca, como Diana Perafán, afirman que el Gobierno ha dejado a la región en el olvido y demandan una presencia integral y constante del Estado.
El asesinato de Erik Menza Pavi vuelve a poner en evidencia la grave situación de los pueblos indígenas en Colombia, y subraya la urgente necesidad de acciones efectivas para detener la violencia que amenaza con exterminar a comunidades enteras.