En medio de controversias, sindicatos colombianos debaten su participación en las marchas del 1 de mayo, con divergencias sobre el respaldo al presidente Gustavo Petro. Tras su anuncio de unirse a las movilizaciones, críticas surgieron en diversos sectores.
La Confederación General del Trabajo (CGT) Antioquia, liderada por Rubén Darío Gómez, rechazó la iniciativa, subrayando la autonomía del movimiento sindical y su negativa a respaldar agendas políticas.
En contraste, Jorge Espinosa Pérez, presidente de la CGT Bogotá-Cundinamarca, reconoce la importancia de la autonomía sindical pero no descarta apoyar acciones gubernamentales positivas.
Ante ello, las discrepancias también alcanzan a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), donde líderes como Diógenes Orjuela cuestionan la apropiación política del Día del Trabajador por parte de Petro.
Alejandro Ospina Angarita, de la Unión de Trabajadores de la Industria Petrolera y Energética de Colombia (Utipec), denuncia la instrumentalización de la marcha y la política gubernamental hacia el sector.
Miryam Triana, presidenta de la CGT, expresa preocupación por la politización de una fecha internacional y la utilización de movimientos obreros para fines políticos.
Por su parte, el sindicato de Colpensiones y otras centrales obreras rechazan participar en las marchas, resaltando discrepancias con la administración actual.