En una entrevista reciente , el presidente de Colombia, Gustavo Petro, respondió a las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien había calificado a los migrantes de "asesinos, capos de la droga y miembros de pandillas". Petro condenó estos comentarios, calificándolos de "fascistas" y advirtiendo sobre los peligros de criminalizar a grupos poblacionales enteros.
Petro enfatizó que generalizar a todos los migrantes como delincuentes es una concepción "fascista" y comparó esta retórica con la utilizada por Adolf Hitler en 1933 para justificar la persecución de grupos específicos. Señaló que este tipo de discurso busca eliminar la diferencia matando y advirtió sobre los riesgos de adoptar una mentalidad que colectiviza el crimen.
Además, Petro reiteró su decisión de no recibir a colombianos deportados desde Estados Unidos que lleguen esposados, una postura que ha generado tensiones diplomáticas entre ambos países.
Por su parte, el presidente Donald Trump ha mantenido su postura, defendiendo sus políticas migratorias y las deportaciones de migrantes ilegales, calificándolos de "criminales" y "delincuentes". Esta confrontación resalta las diferencias en las políticas migratorias de ambos países y plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones bilaterales.