La tensión en Colombia sigue en aumento debido a la falta de claridad del Gobierno nacional sobre si reconocer o no la reciente elección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, quien se autoproclamó como mandatario a pesar de las acusaciones de fraude electoral presentadas por la oposición.
Este martes 26 de noviembre, se conoció que el presidente Gustavo Petro recibió una invitación formal para asistir a la ceremonia de posesión de Maduro como presidente de Venezuela, que se celebrará el 10 de enero de 2025 en Caracas.
Sin embargo, el Gobierno colombiano aún no ha confirmado si el presidente Petro asistirá al evento, mientras persisten dudas sobre la transparencia de las elecciones en Venezuela.
De hecho, tanto el presidente como el canciller Luis Gilberto Murillo ya habían solicitado al Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela que publicara las actas completas de las elecciones del 28 de julio, en las cuales Maduro fue declarado ganador. Este pedido se alinea con la presión internacional que exige claridad sobre los resultados electorales, aunque hasta el momento no ha sido atendido.
En una entrevista durante la cumbre del G20 en Brasil, Petro calificó las elecciones venezolanas como un "error", debido a la falta de garantías tanto por parte del régimen de Maduro como de la oposición, así como al impacto del bloqueo económico de Estados Unidos sobre Venezuela.
"Yo creo que un frente común sobre Venezuela, cualquiera que sea la política, ya no va a existir. Creo que fue un error esas elecciones. (...) Igual que se critica las elecciones desde el punto de vista del comportamiento del gobierno venezolano, no se generó una claridad sobre lo que ellos afirman, que ganaron las elecciones", expresó Petro en una conversación con el medio brasileño O Globo.
Incluso, en septiembre, el vicecanciller Jorge Rojas planteó dudas sobre si Colombia reconocería a Maduro después del 10 de enero, señalando que hasta esa fecha su legitimidad sería reconocida.
Por otro lado, Edmundo González, opositor al chavismo y asilado en España, ha expresado su intención de regresar a Venezuela para asumir la presidencia, basándose en actas publicadas por la oposición que lo declaran vencedor con más del 60% de los votos, según el Centro Cartier y la Misión de Observación Electoral (MOE).
La decisión que tome Gustavo Petro tendrá un impacto significativo en las relaciones entre Colombia y Venezuela, especialmente en temas de paz, conflicto y migración, considerando también el papel mediador que Petro ha asumido entre Venezuela y Estados Unidos, que pronto tendrá a Donald Trump como presidente.
Ambos países también enfrentan un nuevo desafío con respecto a Monómeros, una empresa venezolana de fertilizantes ubicada en Barranquilla, que el régimen de Maduro busca vender, mientras Colombia desea recuperarla.
Venezuela sigue siendo el centro de una controversia internacional tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que el CNE proclamó a Nicolás Maduro como ganador. Sin embargo, esta victoria ha sido rechazada por la oposición, que denuncia un fraude, así como por los presidentes de Colombia y Brasil, Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva, quienes han solicitado la publicación de los resultados desglosados, una solicitud que aún no ha sido atendida por el CNE.
En una reciente entrevista con el medio brasileño O Globo, el presidente colombiano Gustavo Petro calificó las elecciones como un "error", a pesar de haber apoyado su celebración. Petro argumentó que no puede haber un voto libre bajo el bloqueo económico y señaló que ya no es viable un frente común sobre Venezuela. Además, criticó la falta de transparencia por parte del gobierno venezolano en la presentación de las actas electorales.
Las tensiones entre Venezuela y sus países vecinos se han intensificado. Caracas ha manifestado su descontento con las declaraciones de autoridades colombianas y brasileñas, incluidas las del asesor internacional de Lula, Celso Amorim, quien afirmó que el principio de transparencia no fue respetado en las elecciones venezolanas. La situación se agravó cuando Brasil vetó la membresía de Venezuela en el grupo Brics, citando la falta de relaciones bilaterales amigables en este momento.
Por su parte, el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, afirmó que Colombia no reconocerá un nuevo período presidencial de Maduro a menos que se presenten pruebas de su reelección. Esta postura ha sido rechazada por el gobierno venezolano, que ha presentado una queja formal ante Colombia.
En este contexto, Petro ha insistido en que un cambio radical de gobierno en Venezuela no es realista por ahora, pero confía en que llegará el momento en que el pueblo venezolano se unirá para protegerse de los intereses externos que buscan apropiarse del petróleo del país. Aún no ha definido si reconocerá o no a Maduro después del 10 de enero, fecha en la que está prevista su toma de posesión.