Hace 15 años, sin licencia ambiental, ingresó al país el pez Pangasius, conocido comúnmente como pez basa, una especie originaria de Asia, constituyéndose en objeto de controversia por su impacto en los ecosistemas nacionales de acuerdo con la exposición que realizaron representantes del Ministerio de Ambiente y del Instituto Humboldt.
Aunque el pez se ha convertido en una fuente de alimento de fácil adquisición por su bajo costo, y de sustento para muchas familias productoras, su estatus de especie no nativa ha generado conflictos con las autoridades ambientales.
En respuesta a este problema, los representantes Héctor Mauricio Cuéllar Pinzón y Flora Perdomo Andrade realizaron una audiencia pública en la que participaron actores clave del sector, como piscicultores, representantes del Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP). El objetivo fue discutir la regulación del pez basa y sus implicaciones socioambientales.
Héctor Mauricio Cuéllar Pinzón, representante a la Cámara, destacó la importancia de encontrar un equilibrio: "es fundamental avanzar en la regulación del pez basa, buscando puntos de encuentro entre la producción y la preservación ambiental, sin criminalizar a los productores que dependen de esta actividad."
Por su parte, la representante Flora Perdomo Andrade subrayó el impacto positivo que podría tener una regulación adecuada: "queremos una solución que armonice lo productivo y lo ambiental. El proyecto de ley que se está elaborando buscará establecer reglas claras que protejan tanto los ingresos de las familias productoras como el entorno natural del país."
El proyecto de ley será radicado próximamente y tiene como objetivo lograr consensos que permitan formalizar la producción del pez basa, garantizar la seguridad alimentaria, y promover un desarrollo sostenible.