El nuevo ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, negó que su llegada al gabinete del presidente Gustavo Petro obedezca a su cercanía con la exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, y aseguró que su designación responde a la representación del partido Alianza Verde dentro de la coalición oficialista.
“Institucionalmente, el partido hace parte de la coalición del Gobierno, apoyando sus iniciativas. En esa condición llego al gabinete”, afirmó Sanguino, rechazando los señalamientos de sectores políticos que ven en su nombramiento una maniobra de López para ganar influencia en el Ejecutivo.
El ministro reconoció su relación de amistad con la exmandataria, pero aclaró que ello no influye en sus responsabilidades dentro del Ministerio de Trabajo. “Con Claudia tenemos una relación de amistad, pero me corresponde cumplir las labores que me han sido designadas, más allá de las diferencias que pueda haber entre el presidente Petro y ella”, sostuvo.
El nombramiento de Sanguino ha generado tensiones dentro de la Alianza Verde, partido que enfrenta una división interna entre quienes respaldan al Gobierno y aquellos que han tomado distancia. Ante esto, el funcionario aseguró que la colectividad sigue siendo parte de la coalición y que las diferencias deben resolverse dentro de los mecanismos institucionales del partido.
“Algunos compañeros han decidido comportarse como parlamentarios opositores y están en su derecho. Si desean separarse, deben tramitar la solicitud correspondiente”, agregó, descartando que su rol en el gabinete tenga un trasfondo político ligado a Claudia López.
En medio de los cuestionamientos, Sanguino reiteró que su prioridad en el Ministerio será avanzar en la implementación de la reforma laboral y la nueva ley pensional, sin interferencias de terceros.