Al finalizar 2024, Colombia se enfrenta a una compleja realidad en su búsqueda por alcanzar una paz duradera. La iniciativa gubernamental conocida como "Paz Total", lanzada por el presidente Gustavo Petro, ha buscado dialogar con diversos grupos armados ilegales para poner fin a décadas de violencia. Sin embargo, los resultados han sido mixtos y los desafíos persisten.
En el caso del Ejército de Liberación Nacional (ELN), se alcanzó un histórico cese al fuego de un año. No obstante, tras varios meses de estancamiento en las negociaciones, el ELN perpetró un ataque en Arauca que resultó en la muerte de al menos tres soldados y más de 25 heridos, lo que llevó al gobierno a suspender temporalmente las conversaciones
Por otro lado, el Estado Mayor Central, una disidencia de las extintas FARC, acordó un cese al fuego con el gobierno. Sin embargo, este acuerdo se ha visto comprometido por la fragmentación interna del grupo y la reanudación de enfrentamientos entre facciones, lo que ha dificultado la consolidación de la paz en la región.
Además, el Clan del Golfo, una de las organizaciones criminales más poderosas del país, ha mostrado resistencia a los procesos de paz. Recientemente, el gobierno excluyó a tres de sus principales líderes de las mesas de diálogo, lo que podría complicar aún más las negociaciones .
La fragmentación de los grupos armados ilegales ha generado una situación aún más compleja. Grupos que anteriormente operaban bajo una misma estructura se han dividido en facciones más pequeñas, lo que dificulta la identificación de interlocutores válidos y la implementación de acuerdos de paz efectivos .
A pesar de estos obstáculos, el gobierno colombiano continúa comprometido con la "Paz Total". Se han establecido mesas de diálogo con diferentes grupos y se han implementado medidas para fortalecer la seguridad en las regiones más afectadas por el conflicto. Sin embargo, la violencia persiste en varias áreas del país, y la población sigue siendo víctima de desplazamientos forzados y violaciones de derechos humanos.
En resumen, aunque la "Paz Total" representa una ambiciosa estrategia para poner fin al conflicto armado en Colombia, los avances han sido limitados y los desafíos son significativos. La fragmentación de los grupos armados ilegales, la resistencia de organizaciones como el Clan del Golfo y los recientes episodios de violencia evidencian la complejidad del panorama. Será esencial que el gobierno colombiano y la comunidad internacional redoblen esfuerzos para superar estos obstáculos y lograr una paz sostenible en el país.