El 20 de enero de 2025, Donald Trump regresó a la presidencia de Estados Unidos, marcando el inicio de un mandato caracterizado por una serie de decretos enfocados en endurecer la política migratoria. Desde su primer día en el cargo, el republicano firmó alrededor de 100 órdenes ejecutivas, destacándose aquellas dirigidas a reforzar la seguridad fronteriza y limitar el acceso de migrantes al país.
Una de las medidas más controvertidas es la reinstauración del programa “Permanecer en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras sus casos son procesados en tribunales estadounidenses. Esta política, aplicada originalmente durante su primer mandato, ha generado rechazo tanto en sectores defensores de los derechos humanos como en el gobierno mexicano, que ha calificado la decisión como una acción unilateral que sobrecarga al país vecino.
Además, Trump firmó decretos que autorizan la deportación masiva de migrantes indocumentados, priorizando a aquellos con antecedentes penales. También se anunció un aumento significativo en el personal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) para operar en ciudades con alta concentración de inmigrantes, como Washington, Denver y Chicago.
La política migratoria de Trump no solo se enfoca en la frontera, sino que incluye la eliminación de la ciudadanía por nacimiento para hijos de inmigrantes indocumentados. Esta medida, que busca restringir los beneficios de la 14.ª Enmienda de