Un análisis científico realizado por el Instituto de Investigación del Centro de Salud de la Universidad McGill (RI-MUHC) evidenció la eficacia del cannabis medicinal en el tratamiento del dolor oncológico. Esta investigación fue publicada en la revista BMJ Supportive & Palliative Care y evaluó a 358 adultos diagnosticados con diferentes tipos de cáncer, incluidos genitourinario, mama, intestinal, pulmonar y hematológico.
Asimismo, la media de edad de los participantes fue de 57 años, lo cual permitió evaluar el impacto del cannabis medicinal en una población adulta con perfiles clínicos diversos. En el estudio se midieron indicadores clínicos durante un seguimiento de hasta 12 meses, incluyendo la intensidad del dolor, interferencia en la vida diaria y consumo de medicamentos analgésicos. Los resultados reportaron una disminución estadísticamente significativa en el dolor más severo, el promedio de dolor diario y el impacto del dolor en las actividades rutinarias. Asimismo, se registró una reducción importante en el uso de opioides.
Durante el seguimiento se documentaron 15 eventos adversos en 11 pacientes. La mayoría fueron clasificados como leves, y solo dos casos fueron considerados graves, aunque sin vinculación directa con el tratamiento de cannabis. Entre las formulaciones evaluadas, las que contenían una proporción balanceada de THC (tetrahidrocannabinol) y CBD (cannabidiol) resultaron ser más eficaces que las dominadas por uno solo de los compuestos.
El médico bariatra, David Montalvo, especialista en medicina cannábica, destacó para NotiPress que "el uso del cannabis medicinal como coadyuvante no reemplaza los tratamientos médicos establecidos, pero sí puede representar un complemento eficaz en el manejo del dolor, particularmente en etapas avanzadas del cáncer". También subrayó la relevancia de ofrecer información confiable para pacientes, familias y personal médico, con el fin de asegurar un uso clínico adecuado.
La inclusión de cannabis medicinal en tratamientos oncológicos debe contemplarse bajo supervisión médica y dentro de un esquema integral. De acuerdo con los especialistas, este enfoque puede optimizar la calidad de vida de quienes enfrentan procesos oncológicos avanzados y presentan resistencia o efectos adversos ante los analgésicos convencionales.
Para concluir, esta evidencia científica consolida al cannabis medicinal como una herramienta terapéutica con potencial clínico comprobado para mejorar el manejo del dolor en pacientes con cáncer. La reducción del uso de opioides y la mejora en indicadores de calidad de vida refuerzan la necesidad de continuar explorando su aplicación bajo supervisión médica.