Una reciente publicación del director del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), Gustavo Bolívar, ha generado revuelo en redes sociales y una ola de reacciones en distintos sectores del país. El alto funcionario planteó una reflexión en su cuenta de X sobre el enfoque con el que deben ser tratados los integrantes de estructuras criminales como el Tren de Aragua, lo que reabrió el debate sobre el origen de la violencia y el papel de la prevención en la política social.
El mensaje de Bolívar surge en medio de una controversia generada por sus declaraciones durante la primera emisión en vivo del Consejo de Ministros, en la que le dijo al presidente Gustavo Petro “lo amo”, una frase que, según explicó, tenía como objetivo destacar la importancia de fomentar el afecto en la sociedad y respaldar el proyecto del Gobierno.
En su publicación más reciente en redes sociales, escribió: “¿Hay que darles amor a los miembros del Tren de Aragua? Aquí les dejo una reflexión, a propósito de la polémica que se suscitó por lo que dijo la Secretaria de Seguridad de los EEUU. Recomendado para profes y padres (sic)”. El mensaje estuvo acompañado de un enlace a un video en su canal de YouTube, donde amplió su análisis sobre la prevención del delito desde la infancia.
En el video, Bolívar aclara que su reflexión no busca justificar los crímenes cometidos por miembros activos de grupos delincuenciales. Señala que su planteamiento apunta a la etapa formativa de estos individuos: “Obviamente, cuando hay un grupo de delincuentes que están sembrando el terror, que están atracando, robando, matando, extorsionando, pues obviamente ya no hay momento para tratarlo con amor. Ya ese momento pasó”. Pero añade que “si fueran niños hoy habría que tratarlos con amor”.
El funcionario sostiene su argumento en estudios sociales que indican que un alto porcentaje de personas privadas de la libertad fueron víctimas de abandono, violencia intrafamiliar o carencias afectivas durante la infancia. “El 95% de las personas que están hoy presas en su niñez sufrieron abusos o carencias afectivas, o las dos cosas”, señaló.
Bolívar también recordó su experiencia como guionista e investigador en el desarrollo de la serie "Pandillas, guerra y paz", que exploraba el entorno de jóvenes vinculados a la criminalidad. A partir de ese trabajo, dice haber identificado patrones comunes entre quienes terminan en organizaciones delictivas como el Tren de Aragua: “La constante era eso: hijos maltratados, hijos abusados, hijos mal alimentados, niños con padres ausentes”.
Durante su intervención, enfatizó en la necesidad de trabajar con familias en situación de vulnerabilidad, resaltando el valor del afecto como herramienta preventiva. Explicó que muchas veces los padres deben ausentarse todo el día para generar ingresos mínimos, dejando a los menores sin supervisión, lo que facilita su contacto con redes criminales: “No saben qué ha pasado con esos niños”, advirtió.
Como director del DPS, Bolívar indicó que ha impulsado programas dirigidos a fortalecer el vínculo afectivo en el hogar, argumentando que un entorno seguro emocionalmente puede ser clave para evitar futuros comportamientos delictivos. “El amor es gratis. No cuesta. Abrazar es gratis. Darle una caricia, decirle ‘oye, ¿cómo estás de lindo? ¿Cómo juegas de bien? ¿Cómo cantas de bonito?’. Todo eso es gratis, pero no saben lo que significa para un niño una palabra de aliento”, expresó.
También relacionó su planteamiento con recientes medidas del Gobierno, como la continuidad de transferencias monetarias para madres cabeza de hogar con hijos menores de seis años. “Cuando el presidente Petro dice ‘se acaban las transferencias para la gente que puede trabajar, menos para las mamás cabeza de hogar con niños menores de seis años’, ahí está haciendo esto que le estoy diciendo”, puntualizó.
Concluyó su reflexión afirmando: “Si a todos esos niños, a todos esos bandidos de hoy, delincuentes, que sí hay que encarcelarlos (…) si de niños les hubieran dado amor, seguramente no estarían ahí”, dejando claro que su postura no busca justificar a quienes cometen delitos, sino impulsar una conversación más profunda sobre las causas estructurales de la criminalidad.
La declaración ha sido interpretada de distintas maneras. Algunos sectores destacan la importancia de abordar la raíz del problema y fortalecer políticas sociales en la infancia, mientras otros critican lo que perciben como una forma de suavizar el impacto de organizaciones como el Tren de Aragua. El debate continúa, evidenciando la complejidad del abordaje del crimen en contextos de alta vulnerabilidad social.