La discusión sobre el aumento del salario mínimo en Colombia para el próximo año está en pleno apogeo. La propuesta de los gremios empresariales es que el ajuste se mantenga moderado, especialmente tras las preocupaciones sobre el impacto de un incremento excesivo en la competitividad y el empleo.
De acuerdo con algunos de los sectores más influyentes, el aumento debería estar alineado con la inflación para evitar efectos negativos en la economía del país. Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, sugirió que el ajuste no debería alejarse demasiado del índice de inflación, que se prevé podría estar cerca del 6,7% a finales de este año.
Sin embargo, algunos gremios laborales han expresado su preocupación por lo que consideran un aumento insuficiente. Se espera que el salario mínimo se ajuste al menos en dos dígitos, como medida para paliar el impacto de la inflación y mejorar la calidad de vida de los trabajadores. No obstante, los empresarios han advertido que una subida de esta magnitud podría resultar en la pérdida de empleos, debido a la incapacidad de las empresas para asumir los altos costos laborales.
María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombia Americana, subrayó que el aumento debe ser "mesurado" y ajustado a las realidades económicas del país. En sus palabras, un ajuste excesivo no solo afectaría la competitividad, sino que también dificultaría la recuperación económica del país, ya que podría llevar a un aumento del desempleo.
Este debate se da en el contexto de una reforma laboral en curso, que también está en discusión en el Congreso, y que, según algunos empresarios, podría aumentar aún más los costos laborales. A pesar de las tensiones, se espera que la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, convoque a la mesa de negociación en los próximos días para llegar a un acuerdo sobre el salario mínimo para el 2025